Los maestros en general (y yo en particular) somos muy afortunados por poder contribuir, no sólo en la formación de futuros adultos, sino por llenarnos del cariño que sólo los niños saben dar de una manera desinteresada. Y es ahí donde aprendemos. Porque un día, sin esperarlo, aparece en tu aula un niño o una niña que te hace ver que tu manera de trabajar no sirve para todos por igual. Que si quieres profundizar en su ser, tienes que aprender a mirar con sus ojos.
Mañana es el Día mundial de concienciación del Autismo, pero esta entrada va dirigida a todos aquellos niños que sienten de manera diferente y a sus familias, que son el motor fundamental en su desarrollo.
Doy gracias por pertenecer a este centro que acoge a niños con estas características. Que nos enriquecen y nos dan la oportunidad de reflexionar, no solo sobre nuestra labor educativa, sino también en la forma de entender la vida y así poder de alguna manera compartirla con ellos.
ResponderEliminarEs una gran y maravillosa labor! Como madre
ResponderEliminarque participa en actividades y entra en las aulas de vez en cuando, os puedo decir que ALUCINO cuando veo los avances de cada niño y en concreto de los que más dedicación necesitan. Veo el cariño que reciben y la alegría que tienen y deseo deciros GRACIAS!
que post tan bonito!!! no lo había leído hasta ahora, pero desde luego que en vuestra forma de hacer se refleja lo mucho que os gusta vuestro trabajo...y eso es valiosísimo para nuestros hijos; de nuevo muchas gracias!!!!!
ResponderEliminar