No nos habíamos recuperado aún de la sorpresa de ayer, cuando hemos encontrado otro mensaje clavado con un dardo, pero esta vez...era algo diferente. ¿Qué le ocurría a las letras?
Incapaces de leerlo, nos hemos dado cuenta de que estaba escrito al revés. ¿Y ahora qué hacemos? Algunos han descubierto que si le dábamos la vuelta y lo poníamos a contraluz, podríamos leer el mensaje.
Y otros han buscado cómo leerlo en internet...y allí han descubierto que necesitábamos un espejo. Así que hemos ido en busca de uno y lo hemos encontrado en el pasillo.
Muy atentos, hemos leído lo que decía:
“Mi tatarabuela fue hechicera y mi tatarabuelo fue caballero en la Edad Media. He encontrado el cofre que os envío y que he dejado debajo de una de vuestras mesas. Creo que esconde algo relacionado con mi familia... ¿Podéis ayudarme? Tendremos que remontarnos a la época de mis antepasados, los que vivieron en la Edad Media, pero sé que juntos lo conseguiremos. Estoy buscando pistas para poder abrirlo.
J."
Y allí estaba, escondido tras las sillas. Efectivamente está cerrado, así que muy ilusionados vamos a investigar sobre la Edad Media para ayudar a "J." a descifrar el código de tres dígitos que pueda abrirlo y saber qué guarda en su interior...¡¡¡Qué nervios!!!
